"... empezabas tu lectura sin convicción, como leyendo los manuscritos de un amigo desgraciado y muerto en la provincia, de un amigo sin talento al que íbamos a exhumar ahora por puro tedio. Qué vacía la voz, qué hueca la prosa, qué sin música el verso, (...) y fuera del círculo de luz había sólo sombras, vacío, burla, fracaso, misterio (...). Mas llegaba el final, sonaban unos aplausos huecos, (...) y bajabas al nivel de los mortales, descendías del cadalso con tu propia cabeza en la mano, (...) no eras nadie, nada, realmente, y al final de la velada tendrías que volver a la pensión con tu cabeza debajo del brazo, hasta colocártela otra vez sobre los hombros, malamente, ante el espejo del armario."
Retrato de un joven malvado, Francisco Umbral
Retrato de un joven malvado
7.10.07
Editado por Manuel Gutiérrez a las 2:05
Etiquetas: Francisco Umbral
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